Otras facetas

Desde siempre me ha gustado eso de tener mi propio negocio y, de hecho, empecé a hacer negocios con 11 años. Vendía en el colegio escarabajos que recogía de las plantas del colegio donde mi madre daba clases; los machos a 1 peseta y las hembras a 5 pesetas. Me acuerdo perfectamente que mi día cumbre recaudé 36 pesetas (0,22 céntimos de euro de ahora). Un tesoro para mí. Luego, ya más mayor, me dedicaba a comprar el periódico Segunda Mano a primerísima hora de la mañana los fines de semana y compraba productos de tecnología a buenos precios (sobre todo Game Boys) y luego los revendía algo más caros.

Mientras estudiaba la carrera gestionaba por mi cuenta las inversiones en bolsa de alrededor de 20 personas a cambio de un porcentaje de los beneficios. Posteriormente monté una empresa de exportación de vino y aceite de oliva a China con mi profesor de chino de esa época: Chariades Exportaciones, en honor a uno de los siete grandes cocineros griegos de la antigüedad. No fue bien, pero bebí mucho vino durante esa época y nunca faltó aceite en mis ensaladas.

También lo intenté con una empresa de desarrollo de aplicaciones móviles (Squeezing the minds) con la que llegamos a desarrollar una aplicación móvil. Una fácil para poder aprender.

Al final, en algunos proyectos me ha ido bien y en otros no, pero de todos he aprendido muchas cosas y, sobre todo, he disfrutado muchísimo haciéndolos.

Un proyecto nuevo y muy ilusionante que tengo entre manos es un juego de cartas. Se trata de un juego al que podrán jugar dos personas o dos grupos de personas. Cada jugador representará a un gran tipo de guerrero de la historia (romanos, samuráis…) y la filosofía del juego es hacer un combate entre los guerreros para ver qué guerrero es el mejor de la historia. Estamos cerrando las reglas y la jugabilidad (hablo en plural porque lo hago junto con Jesús Alonso Guerrero)

Mi vida profesional trabajando para terceros siempre ha estado ligada a la banca. Supongo que vendrá de familia, porque mi padre ha trabajado siempre como bancario (que no como banquero, hay muchos millones de euros de diferencia entre un título y el otro). Empecé trabajando en banca telefónica del extinto Banco Central Hispano (ahora Banco Santander); posteriormente, por circunstancias largas de contar, acabé como informático en muchas entidades financieras de España (CajaMadrid, Servired, varias cajas de ahorro pequeñas…). Al final reorienté mi carrera a la consultoría y he estado centrado en esta área a caballo entre el Banco Santander y el BBVA, acabando finalmente como empleado de ING.

Hace no mucho empecé a escribir dentro de LinkedIn un blog sobre emprendimiento y negocios. Lo llamé Diario de un emprendedor frustrado. En él daba consejos útiles basados en mi propia experiencia o comentaba noticias relevantes de actualidad económica desde un punto de vista crítico y totalmente personal.

También publico ensayos y artículos en el grupo de blogs Masticadores.

Como todo escritor, me encanta leer, sobre todo ciencia ficción, fantasía, novela histórica y de aventuras. También soy feliz haciendo deporte. Antes sobre todo jugaba al baloncesto, ahora, tras una operación de rodilla, practico artes marciales. Otras aficiones, dejadas de lado por la vorágine de trabajo, las empresas, escribir y la familia, son el senderismo, el buceo, el ajedrez o el cine.